
La delegada de Fomento, Vivienda y Articulación del Territorio, Carmen Belén López, ha realizado una visita institucional al Ayuntamiento de Armuña del Almanzora, donde ha sido recibida por su alcalde, Pedro Antonio Guerrero, y han departido sobre cuestiones pendientes entre ambas instituciones.
Un encuentro en el que se ha puesto de manifiesto las buenas relaciones entre las dos administraciones, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Armuña del Almanzora, donde concretamente el alcalde puso sobre la mesa dar una solución al cruce de entrada del municipio lugar en el que se han sucedido varios accidentes.
Pero según el alcalde Pedro Guerrero, la localidad tiene otros problemas y de mayor calado, “ya que la población es mayor, hay pocos niños y por no tener, dentro del pueblo ni siquiera hay un bar donde la gente pueda juntarse y socializar”.
La realidad que vive la localidad es similar a otros tantos, donde la despoblación es una amenaza, ya que la gente no encuentra las condiciones mínimas como para establecerse.
“No hay suelo urbano y no tenemos niños”, sentencia el alcalde, sabedor que la falta de viviendas es un impedimento para atraer a familias. Si no hay niños, a la larga la escuela cierra, y esta es otra de las consecuencias de tener un municipio que se hace mayor y las perspectivas de relevo son escasas.
El primer edil se muestra preocupado por esa realidad; “el banco es dueño de unas treinta viviendas que están desocupadas e intentaremos explorar esa vía como una solución a la falta de oferta”. Son pisos provenientes de una promoción que se construyó a principios de los 2000. También hay un hotel cerrado, que con su apertura podría dar trabajo a algunos vecinos.
Por eso se buscan emprendedores, gente con ganas de hacer cosas, familias que vengan y si es con niños mejor. Armuña posee una situación geográfica estratégica, está a escasos minutos de localidades con mayor actividad empresarial e industrial y la calidad de vida que ofrece es inmejorable. Las nuevas autoridades han comenzado a golpear puertas y están agudizando el ingenio para darle vida al municipio. El desafío es mayúsculo, pero no es un imposible.