
El Pleno llevado a cabo la semana pasada en el Ayuntamiento de Olula del Río, aprobó por unanimidad que el Conservatorio Elemental de Música, pase a llamarse, José Moreno Trujillo.
Para quien se pregunte quién fue José Moreno Trujillo, a continuación transcribimos la exposición realizada en el Pleno Municipal por parte de los impulsores de la propuesta:
JOSÉ MORENO TRUJILLO, alias “ José el Músico “, nace en la ciudad de Cádiz, a final del invierno de 1915, en el barrio de la Iglesia de San Jerónimo, muy carnavalero, como todos los barrios de La Viña, y que iba a dejar marcada su futura vida, por el gusto a la música en todas las modalidades.
Es uno de los ocho hermanos, que recibieron la protección de una familia de marqueses gaditanos, que habitaban cerca de esa iglesia de San Jerónimo y que infundieron en José el gusto por la música y al que inscribieron en alguna escuela o conservatorio de la época, donde aprendió el lenguaje musical, con pentagramas, claves musicales, notas, símbolos, lectura y escritura musical.
Y como buen gaditano fue mamando los ritmos de comparsas, chirigotas, coros y cuartetos, lo que le va a servir para su futura vida en Olula del Río. Aún en Cádiz, participó en comparsas, tocando algún instrumento, fuese de cuerda o de viento. Lo que realmente le gustaba era hacer las composiciones musicales a aquellos grupos carnavaleros.
Fue cumpliendo años y la vida en aquella época era muy dura. José trabajaba en todo lo que saliera, pues había que luchar para poder comer. Siempre intentó buscar oficios donde hubiera música, y así comenzó a trabajar en un circo donde formó parte de su orquesta como trompeta, aunque llegó a tocar todos los instrumentos.
A Olula del Río llegó a principio de la década de los años 30, trabajando para ese circo . José sintió entonces que Olula era un pueblo tranquilo, con gente sencilla y humilde y pensó que aquí iba a echar raíces para siempre. Tomó la decisión de abandonar el circo, y pensó que tenía que buscar en Olula un trabajo para poder mantenerse. También buscó una compañera y se fue asentando como ciudadano cebollero. Tuvo su único hijo, llamado Juan, hoy muy orgulloso de su origen y de sus padres, José y Joaquina.
En el barrio de La Loma se buscó una casa, donde hoy es la calle San Antonio, justo enfrente del cine Rialto. Su primer oficio fue de zapatero, especializándose en el buen uso del cuero.
Y decidido ya a vivir para siempre entre nosotros, miró hacia su Cádiz natal y recordando aquellas comparsas y agrupaciones de carnaval, se puso manos a la obra y fue formando con sus amiguetes agrupaciones para salir en la fiesta del carnaval de Olula, incluso en el de Macael.
José montaba la música, con sus partituras para los instrumentos y el Juárez le ponía las letras de sus coplillas carnavaleras.
Como era un músico por encima de todo, estos mismos amiguetes que salían en carnavales, los fue metiendo en las composiciones musicales, en el manejo de los diversos instrumentos, saxo, trompeta, clarinete, bajo y con ellos fundó las bandas municipales tanto de Olula del Río como de Macael, donde su función era la de director.
Fue el autor de múltiples composiciones musicales, tanto para las agrupaciones de carnaval, como innumerables para las bandas de música. También produjo composiciones de música sacra, que le encargaba el cura de Olula del Río, D. José María Marín, para sus actos religiosos.
Como buen cebollero siempre estaba dispuesto para cualquier fiesta que surgiera, como eran para las carretillas, en cualquier barrio o incluso en calles que deseaban un ratito de juerga para los vecinos. Y allí aparecían los músicos con su director, ya conocido por todos como “ José el Músico“.
Les colocaron el sobrenombre de “ Los Incansables “. Las anécdotas surgían en cualquier momento de sus encuentros. En el Bar del Seronero se reunían los componentes, y entre trago y trago de vino, una partitura compuesta. Igual cuando se juntaban en el local de la casa del pueblo.
Los componentes de Macael, que tocaban en la banda de Olula, y viceversa, tenían un grado de convivencia envidiable y llegaron a profesarse un cariño extremo, olvidando las rencillas que solían echarse en cara la población de los dos pueblos. Su lealtad era sagrada.
En Olula, su buen amigo Paco el Gary, fue el depositario de numerosas partituras compuestas por José, que con el paso del tiempo han ido desapareciendo y solamente hay una en buen estado de conservación.
Así llegó el año 1963, cuando José tenía 48 años. Muy joven y con una vida por vivir, se fue para siempre de esta villa, la que mostró su más grande admiración, cariño y respeto a su figura, realizando un acto el día de su defunción, asombroso y nunca antes realizado, al que asistieron personas de toda la zona, donde participaron varias bandas de música, que llenaron de dolor toda la iglesia y alrededores, con sus notas de partituras hechas por aquel músico gaditano, generoso, entregado a sus amigos, amante de todos los niños y siempre estudioso y luchando por todo lo que ansiaba conseguir.