
Ilias Tahiri falleció en el Centro de Menores de Oria el pasado 1 de julio, cuando se le aplicó un protocolo de contención. La jueza del Juzgado único de Purchena dictó el archivo de la causa después de calificar los hechos como una “muerte violenta accidental”, que acabó con la vida del joven hispano marroquí ingresado en Tierras de Oria.
Desde el primer momento la familia de Ilias discrepa de la versión oficial y así Abdel Mounine hermano de Ilias lo trasladaba a La Comarca Noticias; “ese día (el 1 de julio de 2019) Ilias estaba tranquilo, le había visitado mi madre el día anterior, por la mañana habló con mi tía con total normalidad, por eso me extraña que se le aplicara un protocolo de contención, cuando se supone que es una medida de último recurso”.
Lo mismo argumenta la defensa de la familia que en el recurso presentado donde alega que la instructora “no ha tenido en consideración ni lo mantenido por el Médico Forense ni lo establecido en los protocolos oficiales y directrices de organismos públicos, sino que se ha basado únicamente en el protocolo existente en el centro de menores en dicho momento (realizado por la empresa privada que gestiona el centro)”.
Lo que pone de manifiesto la defensa ejercida por Carlos Rolin Bautista, en la misma línea que el hermano mayor de Ilias, es que en la instrucción del caso se centra en conocer si se aplicó bien o mal el protocolo de actuación, pero sin llegar a determinar si era necesario la aplicación de tal protocolo, ya que no se encuentra “dentro de las estipulaciones establecidas en las recomendaciones y protocolos oficiales existentes en España y en Andalucía”.
Según el razonamiento del abogado de la familia y siguiendo las recomendaciones del Defensor del Pueblo, en su Guía de Buenas Prácticas en Contenciones Mecánicas, en estos casos debe agotarse la vía del diálogo durante el tiempo suficiente como para considerar que no existe otra alternativa, se debe ofrecer un espacio para que la persona intente serenarse (por ejemplo, estar un tiempo solo en la habitación o en el patio), valorar eventualmente, maniobras previas de contención breve (engrilletado), y diálogo o valorar la intervención de personal sanitario.
La versión oficial dice que Ilias se encontraba muy violento, pero según uno de los guardias de seguridad que testificó, y según consta en el documento consultado por La Comarca, “al parecer, a las 14:50 horas el menor no había agredido a nadie ni había realizado ninguna actuación contra el mobiliario. Se procede a aplicarle el protocolo en unos minutos, falleciendo escasos minutos después de todo esto (sobre las 15:00 horas)”.
“La cuestión es, ¿se dio la opción a otras medidas menos gravosas para funcionar?. Cuando se inmovilizó parcialmente a Ilyas, colocándole las esposas, ¿se le dio la opción a calmarse para que no hubiera que aplicarle la medida de contención mecánica prolongada? ¿Se conversó con él en este momento, durante el tiempo suficiente, para que se calmara? ¿Se estuvo trabajando con él el tiempo suficiente para concluir que la contención mecánica prolongada era la única alternativa? ¿Se le dio la opción a tomar medicación ansiolítica para calmarse? ¿Se le ofreció estar en un espacio aislado, sólo, para calmarse?…”, preguntas que aparecen en el recurso presentado por la familia pero que las personas investigadas no respondieron, por “el hecho de que no se haya dado opción a las acusaciones a interrogar a los investigados (por decisión expresa de ellos, acogiéndose a su derecho constitucional) hace que no hayamos podido plantearles estas cuestiones, que entendemos son de gran importancia para concluir la existencia de una posible imprudencia y mala praxis al haber actuado como se hizo, al haber tomado esta decisión, reservada a casos excepcionales y como último recurso, sin haber agotado previamente todas las actuaciones que podían haberse tomado.
Es por esto, por lo que entiende esta parte que no está acreditada la necesidad y correcta toma de decisión de la aplicación de la medida, que debería haber sido tomada como último recurso, y tras haber agotado todas las demás opciones, lo que no ocurrió en este caso.
Según se indica en el recurso, “la medida de contención mecánica prolongada fue aplicada con vulneración total y flagrante de todos los protocolos y directrices oficiales existentes, ya que se realizó colocando a Ilyas boca abajo, cuando esta posición es muy peligrosa, y el mismo Informe del Médico Forense indica que pudo ser una de las causas que concurrieron al fatal desenlace”.
“Asimismo, el hecho de que se avisara al médico con posterioridad a la aplicación de la medida, y no con carácter previo a la misma, para determinar el riesgo existente en ese momento, y que se realizaba conforme a una correcta praxis médica, entiende esta parte que también fue determinante para que ocurriera el fallecimiento de Ilyas”.
Por todo ello, concluye el escrito, “entendemos que la actuación llevada a cabo dista mucho de coincidir con la “diligencia debida” que se debe exigir a los profesionales que se encontraban a cargo de un menor, que se encontraba en el Centro de Menores para ser ayudado a integrarse en la sociedad, educándolo y formándolo, y no para terminar perdiendo la vida en una actuación totalmente contraria a las indicaciones que prescriben los protocolos y recomendaciones oficiales sobre este particular.
El fallecimiento de Ilyas, en las circunstancias de ausencia de la debida diligencia en la decisión de la medida y en la aplicación de la misma, debería continuar siendo juzgada penalmente, ya que de lo investigado hasta el momento, a la vista de cómo deberían hacerse las cosas y cómo se hicieron, existen suficientes indicios que justifican la continuación del presente procedimiento penal contra los investigados”.
Las imágenes de las cámaras de seguridad no muestran a un joven agresivo
El video captado por la cámara de seguridad del Centro de menores que se encontraba bajo secreto de sumario y dos horas de duración al que ha tenido acceso La Comarca Noticias, no muestra a un joven agresivo. Más bien, se observa como hasta seis guardias de seguridad sujetan a Ilias boca abajo en una cama, sin que el joven ofrezca ningún tipo de resistencia. Como muestra la imagen, puede observarse a un guardia de seguridad con la rodilla presionando la espalda de Ilias. También se puede observar como en algún momento otro de los guardias comprueba que el joven esté con pulso vital, la llegada de una profesional sanitaria y las posteriores maniobras de reanimación. En ningún momento se observa a un joven agresivo no resistiéndose a la aplicación del protocolo de contención aplicado por GINSO.