En las procesiones de Olula del Río en honor a San Sebastián y San Ildefonso, miles de personas salen a las calles en busca de su preciado botín. Se trata de los roscos que llueven desde los balcones al paso de sus patrones. Especialistas en la materia luchan por hacerse con la mayor cantidad de panes y por supuesto, cuento más grandes, mejor.
Este hombre, recién comenzado el recorrido, ya se había cumplido parte del objetivo. Como vemos en la imagen, los roscos que más ha costado coger, son los que lleva alrededor de su brazo. Todo indica que estamos ante la presencia de un experto cazador de roscos.