
Diego Giménez Parra, «Yeyo», como era conocido en la barriada de Overa, fue hallado sin vida gracias a los ladridos de su perra Lola, quien lo acompañaba como lo hacía habitualmente, en el momento de su desaparición el pasado 18 de abril.
Fueron los trabajadores que reparaban una tubería en la zona comprendida entre Huércal la Vieja y El Castillo, quienes ante los ladridos de Lola, reconocieron al can y dieron con el cadáver de Diego. Al parecer la mascota ha estado todo este tiempo al lado de su dueño. Diego, de 84 años de edad y sordomudo, era vecino de Overa, una pedanía de alrededor de 700 habitantes perteneciente a Huércal Overa. «Normalmente, sobre las 16 horas se dirigía acompañado por su perra, a recoger espárragos», relató a La Comarca Noticias, el alcalde de Huércal Overa, Domingo Fernández.
La foto que ilustra esta información, es la que ha captado una de las cámaras de vigilancia el mismo día de la desaparición de Diego Giménez Parra.