Tíjola recuerda a Maite Corral con una escultura en su nombre 

«Ábaco púrpura para Maite» decora la plaza que lleva el nombre de Maite Corral, víctima de violencia de género.

Hace unos días, el municipio de Tíjola inauguraba la escultura ‘Ábaco Púrpura para Maite’, encargada por el Ayuntamiento de la localidad al escultor y pintor seronense José Antonio Jiménez Martínez (Safi), en memoria de Maite Corral asesinada el pasado año por su pareja en este municipio.

“Agradezco tanto a la familia como al Ayuntamiento del pueblo de Tíjola que hayan confiado en mí para hacer realidad el homenaje a la memoria de Maite. La escultura que inauguramos, que nombro ‘Ábaco Púrpura para Maite’, es el testimonio de nuestro último encuentro en el planetario de Serón, días antes de que le arrebataran la vida”, expresó el artista plástico.

La obra está conformada por una serie de esculturas móviles dispuestas como cuentas de un ábaco. Cada una de las piezas que integran la obra (crisálidas, pájaros, relojes de arena, duendes, estrellas, conchas marinas, pequeñas torres de Babel; todas separadas por círculos-guion) son móviles que vibrarán con la caricia del viento y unidas configuran una elipse cosmogónica. “Todas estas piezas son para mí objetos que reflejan el orden del mundo y cada uno de esos objetos tiene su complementario frente a él. Es el triunfo del orden, del Cosmos sobre el Caos. Ella, Maite, representa para mí ese Cosmos: repartir el tiempo, ordenar las cosas, domesticar las dificultades, todo para mejorar la vida de sus semejantes. Esta es la Maite que pervive en mi memoria y la que ha inspirado esta obra que veis”, reconoció emocionado el autor. 

El autor

Nacido en Serón, Safi llena muy a menudo los rincones culturales y galerías del Parque Natural Cabo de Gata con sus obras cargadas de contenido social y político. Desde que iniciara su andadura, allá por 1984, su trabajo ha experimentado muchos cambios. Los materiales que Safi elige para sus composiciones siguen sin embargo siendo los mismos. Ligados íntimamente a su filosofía, hablan también mucho del artista. Al pasear la mirada por su obra encontramos arena, hierro, cantos rodados, viejas maderas, chapas policromadas, semillas… Y es que el artista se define a sí mismo como basurero y reciclador.

A partir de 1984 empieza a mostrar su obra: en Almería, Ibiza, Granada, Marbella, Tarifa, Valencia, Córdoba, Madrid, Denia, Sevilla, Barcelona, Bruselas (Bélgica).
En 1992, representa a Almería en la Bienal de Jóvenes Creadores del Mediterráneo, y comienza su particular relación con el Cabo de Gata. Ha realizado talleres, entre otros, con Soledad Sevilla, Juan Genovés y José Hernández. Ha colaborado en varias publicaciones; especial mención merece su trabajo de diseño e ilustración del libro Poemas de Ibn-al-Sherim.

“Mis preferencias, motivos, obsesiones, pueden ser similares, pero mi obra ha madurado, el mensaje es más directo, ahora prescindo más que antes de artificios y técnicamente ha habido un salto cualitativo… El esfuerzo de tantos años; la experiencia, han pulido mis composiciones. Con anterioridad desarrollé en mis obras algún tema mitológico, cuyas imágenes me inspiraron de niño, pero me interesa más hablar del tiempo que me ha tocado vivir: inmigraciones, poderes. geografías, mapas, naturalezas, periferias, deseos, sueños, utopías. La razón de ser de mi arte es proporcionar respuestas, trascender. Porque si una obra de arte no sirve para pensar ¿para qué otra cosa podría servir?”, destaca Jiménez Martínez.