Cosentino con el mejor diseño en los Premios AD 

La firma protagoniza el principal evento anual del diseño y la arquitectura en España como principal patrocinador en la gala de los Premios AD.

La gran cita anual del diseño, la arquitectura y las artes en España tuvo lugar este pasado martes en el imponente nuevo Centro Cultural Daoíz y Velarde de Madrid, espacio rehabilitado recientemente por el estudio del arquitecto Rafael de La-Hoz. Una espectacular piel que sirvió de escenario para la XVIIª edición de los Premios AD 2023. Más de 400 diseñadores, artistas, arquitectos, interioristas y creativos de todas las disciplinas se reunieron en un evento que contó con la colaboración de Cosentino, firma española líder mundial en superficies sostenibles para la arquitectura y del diseño.

Además de actuar como patrocinador principal de los Premios, Cosentino intervino de forma innovadora en el evento tanto con el diseño de los galardones, concebidos junto a Javier Jiménez Iniesta, fundador de Studio Animal, como a través de una espectacular instalación que completaba la experiencia del photocall, y que recreaba el trofeo en grandes dimensiones. Tras el éxito de la pasada edición, en la que Cosentino redefinió el concepto del tradicional trofeo de unos premios con la pieza Lampade, este año la firma dio un paso más allá.

En esta ocasión, y de nuevo de la mano de Javier Jiménez Iniesta, se realizó un ejercicio de geometría en el que jugando con la A y con la D del logo de la publicación, se elaboraron unos tetraedros con forma de lámpara. En la unión de las distintas caras, recubiertas con el modelo TK05 Sabbia de la colección Pietra Kode de la piedra ultracompacta neutra en carbono Dekton®, se generan unas pequeñas aperturas que dejan ver el interior forrado de espejos, creando un caleidoscopio en el que se refleja la luz.

“Nos parecía chulo pensar que dos firmas vinculadas al mundo de diseño se comunicaran de una manera diferente. Pensamos que el propio trofeo se tenía que convertir en una pieza de diseño. Para ello, trabajamos mucho con maquetas de todos los tamaños, y observándolas nos dimos cuenta de que funcionaban como lámpara. Nos divertía la idea de que el premio dejara de ser un objeto sin más uso que la de mero trofeo. De esta forma tenía una doble función, haciendo de su diseño algo mucho más sostenible», afirma Iniesta.