El Espacio Cultural de la renovada Plaza de Abastos de Tíjola, será el escenario donde este próximo 8 de septiembre se lleve a cabo la charla “Palomares: 57 años en el olvido”, a cargo del investigador José Herrera Plaza, quien también el responsable del cortometraje “Flecha Rota”.
El Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería, Rafael Quirosa, será el encargado de presentar oficialmente la exposición fotográfica sobre un incidente que más de medio siglo después, sigue sin ser resuelto.
EXPOSICIÓN FOTOGRAFICA: LA GUERRA FRIA EN 1966. PALOMARES Y VILLARICOS
Sinopsis: El 17 de enero de 1966 dos aviones de las fuerzas armadas de Estados Unidos, un B-52 y un avión cisterna, chocaron mientras repostaban.
Como consecuencia del accidente, siete tripulantes murieron y cayeron más de cien toneladas de fragmentos de metal sobre los asustados vecinos de Palomares y Villaricos.
El accidente aéreo no era lo peor. Junto a los restos de los aviones, cuatro bombas atómicas, con un poder destructivo muy superior a la de Hiroshima, cayeron sobre Palomares. Tres bombas fueron localizadas en tierra, pero una de ellas se hundió en el mar. Durante unos meses, Almería y la búsqueda de la bomba perdida, se convirtieron en el centro de las noticias internacionales.
El miedo por la posibilidad que se produjera una explosión nuclear, puso de relieve los riesgos que generaba la Guerra Fría mientras en los escenarios internacionales se recrudeció la batalla diplomática y propagandística de las grandes potencias. Privados de sus derechos, sin una información fiable, los vecinos de Palomares y de Villaricos fueron, sin duda, los grandes perjudicados.
Durante esos primeros meses de 1966, observaron como los soldados norteamericanos se instalaban en la playa, los buques de guerra vigilaban el mar, se eliminaban las cosechas y se removía la tierra, perdían sus trabajos en el campo o se les impedía pescar mientras se les decía que no existía ningún riesgo para la salud. Las bombas no detonaron, pero una cierta cantidad de plutonio contaminó el suelo. Para erradicarlo, se han realizado diversos estudios e iniciativas, pero aún hoy, 57 años después, sigue sin darse una respuesta definitiva a la contaminación provocada por el accidente.